lunes, 28 de diciembre de 2020
El olivo
viernes, 25 de diciembre de 2020
La muela
Hemos encontrado una muela en la trasera de nuestro Hospital Universitario Doctor Negrín. Es una pieza grande que nos hace pensar que quien la llevaba era un hombre alto y fuerte, posiblemente un gigante. Está limpia al haber recibido aguas de lluvias y los rocíos de las mañanas, y no tiene restos sanguinolentos visibles. Es, por otra parte, una muela bonita, de color blanco, con cortes bien definidos. Nos paramos junto a ella. Destaca en lugar privilegiado de colores verde de césped y rojo de flores de Pascua.
sábado, 19 de diciembre de 2020
Error
viernes, 11 de diciembre de 2020
Parterre
lunes, 7 de diciembre de 2020
La perrachica
martes, 1 de diciembre de 2020
Simetría
viernes, 27 de noviembre de 2020
En el escaparate
Interesante exposición digna de ser tenida en cuenta.
domingo, 22 de noviembre de 2020
Moda
jueves, 19 de noviembre de 2020
Animalitos

En la puerta del que fuera durante muchos años establecimiento relevante en Triana, la Casa Metharan, cerrado desde hace un tiempo, hemos visto cuatro perrillos que más parecían figuras graciosas. Salvo unas movidas de sus orejas o, quizás, de sus cabezas, no se movían. De hecho no se movían ni un ápice de donde la suerte les había tocado estar en la mañana calurosa de este raro noviembre. Mientras, en la acera de enfrente, un hombre, sentado en uno de los bancos estaba abstraído en el cuadro que pintaba o en los cuadros que mostraba. El hombre, el pintor, era el dueño, o el amigo, o al menos el paseante, de los cuatro animalitos. Los hemos visto otras veces, a hombre y perros, normalmente cuatro diminutos perrillos cogidos unos a otros por una correa que los unen. ¿Qué sentirán los animalitos que, en el tiempo que están en Triana, son tan sólo figuras preciosas sin juegos, sin ladridos, sin caricias...? No podemos saberlo. Es natural que por ello sintamos, cuando nos los encontramos, una ternura fraternal.
lunes, 16 de noviembre de 2020
De feria
En el Parque de San Telmo hemos visto unas pocas casetas de feria, aún cerradas. En Triana, las guirnaldas que no falten; ya las están instalando de lado a lado de la calle con sus bombillas -ahora leds- todavía apagadas, esperando al gran día de la inauguración. Junto a las bombillas, unas ramas que, a falta de abetos, son de pino, artificiales, creemos. En la misma calle Mayor, los carritos con los consabidos chuches que encantan a los más pequeños: globos con forma de muñecos Disney, chupas de caramelos, 'algodón' de azúcar y chucherías varias, junto a los pocos puestos de castañas asadas que aún humean y dan olor a rico alimento. Se acerca la Navidad y todo ha de estar dispuesto para celebrar un año más el Nacimiento del Niño Dios. Este año con las limitaciones a que nos obliga la pandemia, con una alegría un tanto forzada con regusto a malestar de barriga. Se acerca la Navidad y todos nos preparamos para cantar el Venite Adoremus de nuestra niñez.
lunes, 9 de noviembre de 2020
Travieso
sábado, 31 de octubre de 2020
El túnel
Tamaraceite y Tenoya eran los dos lugares habitados de cierta importancia que encontrábamos cuando por la carretera del Norte nos disponíamos a ir a Arucas, o a Firgas o a Moya, a Guía o a Gáldar, o a Agaete. Ir a San Nicolás de Tolentino, como se llamaba entonces la Aldea era cosa de conductores más atrevidos que nosotros. Ambos pueblos eran eminentemente agrícolas. De Tamaraceite nos acordamos que en él -a su salida- podíamos tomar la carretera de Teror. De Tenoya, nos acordamos, cómo no, de su túnel. Del túnel de Tenoya. Sin luz en sus primeros años, con luz mortecina luego, y con un sistema de semáforos más tarde cuando ya no era suficiente las buenas mañas de quienes querían entrar por uno o por otro lado según subieran o bajaran hacia o de Arucas. Hoy el túnel está inhabilitado para la circulación de vehículos pero sí permite el paso bajo él de ciclistas o de caminantes que, como nosotros, añoramos su pasado, por pasado, hermoso.
lunes, 19 de octubre de 2020
De huevos
domingo, 18 de octubre de 2020
La Paloma
miércoles, 14 de octubre de 2020
En la barandilla
En la barandilla, la bicicleta. La vemos, y llevamos nuestra mirada más allá queriendo abarcar el horizonte. Pero no nos es posible. La bicicleta allí quieta, amarrada, nos amarra a su vez. Sin perderla de visa miramos a la arena y al agua tratando de encontrar entre los pocos bañistas a su dueño. Él, o ella, estará dándose un chapuzón pues el día, aun sin sol, se presta a ello, pensamos. Luego, él, ella, la soltará, la llevará de mano hasta la calle más cercana y montado o montada en ella desaparecerá y la bicicleta rodará suavemente llevando con ella a través de la ciudad la brisa del mar.
miércoles, 7 de octubre de 2020
Don Benito
A Don Benito, a nuestro querido don Benito Pérez Galdós, al grande entre los grandes de la literatura universal, al autor de novelas aclamadas y teatro con denuncia, al narrador de los Episodios Nacionales, al creador de tantísimos personajes... la pandemia le ha venido a jugar una mala pasada. Justo el año en que se cumple el centenario de su muerte -murió el 4 de enero de 1920- viene la Covid19 de marras y deja sin lustre aquellos actos tan merecidos que se celebran en su ciudad de nacimiento. Por ello es de agradecer la colocación de unas grandes fotografías en el frontis de la Biblioteca Insular de Gran Canaria que nos lleva a su recuerdo.
domingo, 4 de octubre de 2020
Un poema
no se me va a pasar el tren,
porque en realidad soy de vuelos,
y si espero un poco más
será por alguien que también conozca de cielos
y se atreva a volar conmigo.
Nos gustó este detalle y se lo hemos traído a ustedes para que lo disfruten. Al poeta, nuestras felicitaciones y nuestros mejores deseos.
jueves, 24 de septiembre de 2020
Besos
viernes, 11 de septiembre de 2020
Néstor
Nuestro querido Néstor, nuestro magnífico pintor, merece todos nuestros respetos. Los de la ciudadanía, por supuesto, y, por encima de ella o entre ella, los del Ayuntamiento capitalino. Por ello fue buena y oportuna la decisión de colocar en el frontis del Teatro Pérez Galdós -que cuenta con pinturas destacadas de su genio y de su ingenio- una placa en su honor. Lo que no esperábamos es que la dicha placa fuese una calamidad, pues sólo es, al parecer, dos trozos de metacrilato con un papel en medio. Por ello, si en su día se colocó nueva y flamante en su honor, hoy en día desmerece su memoria pues el solajero y otros elementos se han ocupado de ennegrecer lo escrito y difícilmente podemos leer el nombre completo de Néstor Martín Fernández de la Torre. Pensamos que ya es hora de que el Ayuntamiento sustituya la placa con otra más duradera y más acorde con la valía de nuestro afamado Néstor.
jueves, 27 de agosto de 2020
Vía Crucis
En las iglesias de nuestra ciudad e isla y suponemos que en todas las del archipiélago canario o, más bien aún, en todas las del orbe cristiano, podemos encontrar en sus paredes unas cruces o unas imágenes en recuerdo del camino que Jesús siguió hasta el Gólgota, de su Crucifixión y posterior bajada de la Cruz y enterramiento. Son las catorce estaciones que forman lo que llamamos Vía Crucis. Nosotros, casi siempre, cuando entramos a una iglesia nos da por mirar a las paredes cercanas en busca de tales muestras de fervor religioso. A veces encontramos tan sólo las catorce cruces separadas unas de otras, a igual altura, otras veces las cruces están numeradas en números romanos para indicarnos en qué estación estamos; no es raro encontrar pinturas o litografías con las imágenes que quieren que nos llegue al corazón y, muchas veces, son pequeñas obras de arte los grabados que nos son mostrados. Así, viéndolas, vamos avanzando en el camino del sufrimiento del Señor.
Hace unas semanas, en el día del santo Lorenzo, fuimos a su bonita iglesia en el pueblo del que es patrón. Y allí, además de bellas columnas, imagineria apropiada y retablo digno, vimos un víacrucis que nos llamó la atención pues cada uno de sus cuadros era una preciosa representación en relieve de los distintos pasos. Digno remate a una iglesia que muy bien pudo haber sido la catedral de la diócesis de Canarias en tiempos ya lejanos.
martes, 11 de agosto de 2020
El dominó
El dómino, o dominó, es un juego de mesa que requiere para ser bien jugado de un porcentaje elevado del manejo de los números, aunque no tanto como el ajedrez, su hermano mayor, que sin las matemáticas se queda en nada. O eso nos parece. Por ello, el otro día cuando dando un paseo por el barrio de Las Rehoyas vimos un letrero (junto al que tiene el nombre del local) que tenía tres fichas del juego y la palabra domino bien visible, nos dio por pensar en las bondades del lugar. Pensamos que ahí podrían jugar los aficionados que no pudieran desplazarse al Parque de Santa Catalina en donde partidas de dominó y de otros juegos de mesa se celebran diariamente. Es un bar, creemos, que puede contar con buenos amigos. Seguro que se le merece.
sábado, 8 de agosto de 2020
Lomo de la Cruz
Desde el "Hoyo", en San Telmo, y desde el Intercambiador en Santa Catalina parten guaguas que llegan al Lomo de la Cruz, según habíamos leido. Son los tres puntos, vértices de un triángulo escaleno que se proyecta sobre la superficie de nuestra Ciudad, de Las Palmas. Ello movió nuestra curiosidad hasta hacernos ir a tal sitio para averiguar dónde se encontraba y qué podíamos ver en él. Así que, en una guagua nos fuimos y tras atravesar otros barrios llegamos a un punto alto con una hermosa perspéctiva, por donde la circunvalación, a nuestros pies, se abre al tráfico rodado, en la que casas de buena construcción nos recibió. Era -es- una urbanización que en nada se parece a otras de viviendas en bloques con puertas y ventanas alineadas, ni tampoco un conglomerado de casas de autoconstrucción con los muros sin encalar que afean en otros sitios el paisaje insular. Nos pareció más bien una pequeña ciudad jardín en los extrarradios del municipio. Y como era de esperar, allí, donde las guaguas tienen su parada final, encontramos la cruz que da nombre al Lomo. Sobre un pedestal sin más adornos que unas flores hechas con garrafas de agua de las de plástico, bien cortadas, lindas margaritas, quizás, está la Cruz del Señor majestuosamente instalada.
sábado, 1 de agosto de 2020
Atlantes
lunes, 27 de julio de 2020
Paracas
lunes, 20 de julio de 2020
Buganvilla
Recordamos las buganvillas de pequeños. Nos llamaban la atención estas enredaderas trepadoras que veíamos a menudo en los más dispares sitios: en un parque, en un solar, en el frontis de una casa terrera. Las recordamos de tres colores: el blanco, el rojo, y otro que ahora no sabemos nombrar. La que hemos visto esta mañana, en un barrio cercano en nuestras pesquisas mañaneras, era de color rojo intenso. O nos lo parecía. Casi se nos escapa la buganvilla pues estábamos sentados en un banco en espera de la guagua y no nos habíamos dado cuenta de que ella estaba a nuestro alcance. Un poco más tarde, al girar la cabeza, la vimos allí dispuesta a enseñarnos su belleza. Era linda y bien enramada. Nos dio que al encontrarla habíamos llenado el día con satisfacciones plenas.
jueves, 16 de julio de 2020
Machangos
Como recuerdo de la covid19 (que aun está con nosotros) quedan en el suelo de la Avenida de Las Canteras unos machangos que tuvo a bien mandar a poner o a pintar el Ayuntamiento capitalino para decirnos, con amor de padre, por donde debíamos caminar: "De acá para allá por dentro; de allá para acá, por fuera". nos vinieron a decir. Los dichos machangos cumplieron bien su trabajo y así unos paseábamos junto a las barandillas que nos separan de la arena y los otros pegaditos a las casas. Como era de esperar había quienes no se sabía si iban o si venían. Éstos, lo mismo tropezaban con los que intentaban cumplir con lo aconsejado -yendo cual kamikases por una autopista- o se paraban allí donde les apetecían interrumpiendo el paso. Bien es verdad que eran los menos. Los más cumplíamos, haciéndonos acreedores al premio que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria otorgó al conjunto de la Ciudadanía por su buen comportaamiento en las Fiestas Fundacionales de este año que no pudieron celebrarse por la pandemia. Premio logrado en buena parte gracias a estos simpáticos machangos que traemos hoy a la consideración de ustedes.
lunes, 13 de julio de 2020
De amarillo
Según los recordamos, siempre han estado pintados de amarillo dos de los edificios más emblemáticos de la Avenida de Las Canteras. Nos referimos al Hospital de San José y al que fue Comandancia de Marina. Ambos están casi juntos y por ello, cuando paseamos con dirección a La puntilla nos parecen, al verlos, que son algo así como un símbolo de nuestra tierra. No en vano están pintados con el color amarillo de nuestro pájaro canario, ese color amarillo que para nosotros tiene un tono tan especial. Desde la arena y desde el mar por esta parte de la playa, que llamamos Playa Grande, podemos también apreciar la finura de los edificios que unen al ya dicho color amarillo el blanco de sus relieves. Imaginamos que también serán visibles desde La Barra. Desde ella, los bañistas que se aventuren hasta allá los pueden tener como referencia y los podrán poner como santo y seña a la hora de volver a tierra.
sábado, 4 de julio de 2020
Las butacas
Hemos venido al concierto que abre nuestro Teatro Pérez Galdós de nuevo después del paréntesis por el confinamiento del demonio Covid19. El patio de butacas presenta un aspecto extraño. Las butacas que no deben ser usadas -la mayoría- tienen un cartel que así lo indica. Las otras, las menos, aguardan a los espectadores. Estamos en tiempos raros, no hay duda. Que se lo digan si no a quienes esta noche, sobre el escenario, nos ofrece su arte. ¿Cómo nos verán ellos, a nosotros, criaturas separadas que somos espectadores de este acontecimiento único? ¿Cómo actuarán con un teatro con menos de la mitad del aforo por causas mayores? ¿Sentirán desasosiego, ansiedad, tristeza, desánimo?Teníamos las entradas desde marzo y el concierto quedó en suspenso como tantos otros en España y en el mundo. Allá en febrero, nos decidimos a comprar las entradas atraídos por el nombre de la artista, Patricia Kraus. Y también porque el título, Pioneras, nos hablaba de un recital de canciones y de cantantes de primera talla de la música de tiempos pasados, de mujeres que abrieron caminos que muchas otras se atrevieron a seguir después.
domingo, 28 de junio de 2020
Las Ramblas de Mesa
A las Ramblas de Mesa y López les faltan un hervor. Nos parece. Entre la pandemia por el coronavirus y las obras de nunca acabar de la remodelación para la metroguagua, las tienen a las pobres a mal traer. Están alicaídas, como sin ánimos, tal como si la pachorra que no caracteriza se hubiera comchabado con una calima perenne para mantenernos amodorrados de por vida. Parece que las pobres Ramblas necesitan de un buen empujón. El tono gris del piso que les han puesto, sin flores, con una especie de quiero y no puedo de césped que se arrastra por el suelo no ayuda en absoluto a luchar contra los muros largos de aquellos edificios que albergando grandes comercios no les da, precisamente, un tono de alegría al espacio. Para colmo, ya no pasan los coches ni se detienen taxis ni guaguas con pasajeros que suben y bajan. Que subían y bajaban. Hoy todo es horizontal, sin gracia, sin alma. Pobres Ramblas.miércoles, 17 de junio de 2020
Rocódromo
Como si de una copia de nuestro querido Roque Nublo se tratara hay en el lindo y espacioso parque de Las Rehoyas, un rocódromo. Un rocódromo es esa piedra alta, artificial, sinuosa, llena de puntos de apoyo que usan los deportistas cuyo deseo es subir a las alturas. Tal que el Roque Nublo, acerca a quienes suben a él hasta cerca del cielo. O eso nos parece. Lo vimos el otro día en nuestro paseo al parque y nos detuvimos a observar a un grupo pequeño de futuros deportistas que siguiendo las instrucciones de un monitor se atrevían con sus cinchas y sus ganchos a subir un par de metros escalando por la piedra. En una mezcla de habilidad y de fuerza, y de técnica, con el esfuerzo de sus brazos y de entereza, subían los pequeños atletas.
lunes, 8 de junio de 2020
Las nasas

Al atardecer, las nasas parecían ser una escultura en blanco y negro. Tras ellas la gente pasaba de un lado al otro como sin rumbo. Como figuras incorpóreas que desfilaran ante nosotros. Más allá, el sol se ocultaba para pasar a su reposo de todos los días mientras las nubes cambiaban de color. Veíamos las nasas y nos parecía ver a los pescadores que en la cercana playa salen -o al menos salían hace un tiempo- a pescar y volvían con el rico pescado que traían en sus barcas. En recuerdo de ellos, están puestas aquí las nasas y más allá un pescador, rodilla en tierra, escamando un pescado. Escenas de la vida nuestra, de siempre.
jueves, 28 de mayo de 2020
El verde
domingo, 24 de mayo de 2020
La hiedra
La canción nos lleva a ella y el parque nos la pone en bandeja: la hiedra; la linda planta de la canción melódica. Un día, hace algún tiempo, al responsable de entonces de los jardines se le ocurrió plantar cientos de esquejes de hiedra en dos parterres del parque y éstos enraizaron y se propagaron con sus verdes hojas y obscuros tallos. Fueron cubriendo el suelo y subiendo por los pequeños muros. Y subiendo, subiendo, se atrevieron a subir por los troncos de los árboles cercanos a los que envuelven. Nos paramos a admirarlos cuando vamos a pasear por el parque y, al verlos juntos, nos recuerdan aquella canción magistral, aquel magnífico bolero, que tanto enamorado habrá cantado más de una vez y muchas veces, de seguro, habrá tarareado. Cerremos los ojos y dejemos que llegue hasta nuestro corazón el comienzo de su linda letra: "Así abrázame mi amor, lo mismo que una hiedra..."
jueves, 21 de mayo de 2020
Cosas de niños
Los niños tienen la imaginación por bandera. ¿Cómo si no, un niño puede ver un caballo en un palo de escoba? Con los niños la imaginación ha vuelto al parque. Lo hemos visto en el suelo en donde han aparecido los cuadrados con números del 1 al 10 para jugar al teje. Y también hemos podido ver un lindo dibujo con las siluetas de dos críos pequeños -muy bien vestidos- hecho con tiza blanca sobre el negro pavimento alquitranado. La imaginación tiene para ellos un gran ventaja: les ayuda a construir mundos divertidos en estos tiempos de salidas programadas. Los niños y las niñas juegan en el parque. No como antiguamente, pues no vemos ni a ellos jugar a piola ni a ninguna niña saltando a la comba. Pero con sus juegos de ahora, ellos llenan de ilusión sus cabecitas antes de ir a dormir. Que mañana será otro día para volver a jugar.
domingo, 17 de mayo de 2020
En silencio
Viernes en la mañana. La calle Mayor de Triana estaba en silencio. Caminábamos y veíamos que casi todos los bancos estaban desocupados. En uno de ellos, tres hombres sentados y uno de pie conversaban. Más allá (o más acá) una terraza con tres mesas y nueve sillas estaba ocupada de gente que desayunaba o tomaba el cortado o el café de la mañana. Quizá por la hora, o quizá porque somos 'aplatanaos' todos nos movíamos despacio. Unos -la mayoría- llevaban las mascarillas de precaución y otros no. Cada cual a su aire. Pesaba el silencio. No se oía como antes de la pandemia al señor mayor, de pelo abundante y cano cantar boleros acompañado por su guitarra a la que bambolea para dar más sabor a su actuación de músico callejero. No estaban, por el edificio de las columnas, el trompetista ni el muchacho del violín ni el solista del acordeón tocando sonatas de músicos consagrados, ni había parejas de guitarristas esparciendo al aire los sones de canciones más actuales, más del momento. La calle Mayor estaba en silencio. La música nos había abandonado, quizá por la hora, quizá por la pandemia. Por ello, sentíamos pesar.
jueves, 14 de mayo de 2020
Pequeña rama
La vimos en el parque en un cruce de caminos entre parterres. Era día de primavera con algo de viento que se notaba en las revueltas copas de los árboles. Viento insistente, provocador, que jugaba con las ramas que estaban media sueltas hasta hacerlas caer. Una de estas ramas, pequeña y bonita, una figura abstracta, asimétrica, cayó delante de nosotros y quedó allí mostrándose ante nuestra vista. Nos paramos a disfrutar de su sencilla belleza. Luego seguimos despacio nuestro paseo y, al volver al mismo cruce, se nos adelantó una señora trabajadora en el parque y se llevó a la pequeña rama metida en el carro de la basura. Pobre rama, incomprendida.
sábado, 9 de mayo de 2020
La herida
Hemos visto en un árbol del parque una cicatriz de herida reciente que a nosotros nos ha dejado heridos también. No es herida suave, de corte fino de profesional de la jardinería, sino que es como una mordida que ha cercenado una de sus ramas. Quién lo hizo, quién le hizo el daño, es posible que quisiera proveerse de unas astillas que le ayudaran a encender el fuego de la hoguera de su rabia. O quizá pretendía hacerse unos mondadientes para la limpieza de sus dientes de fiera sedienta de maldad. No sabemos. Quizá. Ahí ha quedado el pobre árbol al que le falta un trozo de sí mismo, mutilado, sin tener más pecado que el de estar dándonos frescor y sombra. La naturaleza humana no se entiende; puede ser grande pero puede llegar a ser ruin. Algo de locura habrá en este pretendido arboricidio.lunes, 4 de mayo de 2020
Ausencias
Es la hora asignada a los mayores en la mañana. Van llegando, solos o acompañados. Algunos traen en sus caras la mascarilla protectora. Caminan con pasos llenos de lentitud. Una vuelta, otra vuelta y otra más. Se sientan a coger resuello. Se saludan, aquellos que se conocen, como autómatas. Los que no, dan unos buenos días apagado, con una breve inclinación de cabeza. Dejamos transparentar una sonrisa pero entre nosotros todos cabalga un triste sentimiento de soledad. Faltan, estamos seguros de que faltan, los niños. Un parque sin niños es como un jardín sin flores, podríamos decir, y los mayores notan que algo les faltan. Quien más quien menos piensa en sus nietos, en sus nietas, y se ven ellos mismos cuando eran pequeños. Estamos en un parque sin carreras infantiles, sin risas, sin sobresaltos entre ellos, sin juegos. Y esas faltas son las que sentimos los viejos en estas horas nuestras bajo el tibio sol de la mañana. Por sobre el parque sobrevuela, como pájaro sin alas, las ausencias.
sábado, 2 de mayo de 2020
Trinos
Siguiendo las normas hemos salido hoy entre las 10 y las 12 y luego hemos dejado nuestros sitios a los más pequeños que iban acompañados. Hemos ido al parque cercano a casa que ya, por fin, tenía abiertas las cancelas. Había gente paseando que los podía hacer sin agobios pues no eran muchas. Unos, solos, otros en pareja, y algún que otro era llevado en silla de rueda. El sol no quiso perderse esta primera salida en la pandemia, que parece quererse ir, y estaba brillando en el cielo dándonos un calorcito agradable que agradecíamos. De un árbol grande y vestido de flores unos trinos llamaron nuestra atención. Los pajarillos, a los que no pudimos ver, cantaban gozosos y elevaban hacia el cielo sus alabanzas uniéndose a nosotros en este día tan especial..
domingo, 26 de abril de 2020
Niños y niñas
Hoy, en la explanada del parque, hemos podido ver a lo mejor de la vida: a los niños y a las niñas. Los hemos visto desde la ventana de casa sobre las diez de la mañana. No eran muchos y corrían y jugaban: nos recordaban a las mañanas de Reyes de hace años cuando los pequeños bajaban con sus pelotas y patines, y las mujercitas con sus muñecas de trapo. Faltaban hoy los petardos y los saltapericos con su retumbar en la plaza. Echábamos de menos las cornetas y tambores de entonces. Faltaba la bulla, la escandalera. Mirando un largo rato los vimos con sus juguetes: tres bicicletas con sus ciclistas, un niño en patineta y una niña montando en patines que caía y se levantaba rápidamente. Un poco más allá otros pequeños jugaban con sus pelotas y, hacia el otro lado, dentro de la cancha de fútbol, o de fúbol-sala, tres niños ya mayorcitos emulaban a los futbolistas por ellos preferidos. Alguna madre llevaba de mano a su niña pequeña y entre las dos paseaban a una muñeca en cochito de juguete... Día de alegría enorme hoy. Grandes y pequeños hemos dado un paso hacia la ansiada libertad de salir y jugar. Por esta vez los columpios quedaron a un lado... pues el coronavirus acechaba.
sábado, 25 de abril de 2020
Hilera
Soñaba. Tumbado en el salón dormía la siesta y soñaba, mientras la digestión, pesada, daba tumbos en mi barriga. Iba -íbamos- por un barranco agreste encajonado entre montañas, desde el mar hacia la Cumbre. Caminábamos. Por el cauce, una hilera de árboles nos daba la dirección del sendero, la cuesta arriba, la remontada. Eran árboles iguales de porte fino, altos. Álamos, quizás, Querían ellos alcanzar el lejano cielo: uno, otro y otro en una hilera sin fin. Más tarde nos llevaba un caballo blanco. Primero al trote corto, luego al galope tendido. Las montañas se juntaban y el cauce del barranco se hacía angosto pero allí seguían los árboles. Nos parecía llegar al último pero venía otro más y otro más. Parecían indicarnos el camino hasta el fin. El fin. ¿Qué final encontraríamos al final? Seguíamos. Nada nos detenía. Era una fuerza superior a nosotros lo que nos empujaba...Cuando desperté en la tardecita, del sueño no recordaba nada de nada.
domingo, 19 de abril de 2020
Birras
La palabra birra se ha ganado el honor de figurar en el diccionario de la RAE por lo que la escribiremos sin ponerla entre comillas. Birra. Así, tal cual. Y la birra -las birras- se han ganado un lugar en nuestras casas ahora como lo había ganado en los bares antes. Ese antes era cuando íbamos a un bar cualquiera de los muchos que estaban casi de fijo abiertos y nos echábamos un cortado, un cafelito, un pizco ron (ya en desuso), un cubata, o una birra, convertida ésta en bebida de la juventud. Ahora, con todo cerrado por mor del confinamiento, las cervezas -las birras- salen de cuatro en cuatro (o más) de los supermercados a las casas, y con ellas y unas roscas, y algo más, los jóvenes se ayudan a compartir -vía redes sociales- sus inquietudes y afanes en estos tiempos de distanciamiento inimaginable hasta el otro día.
martes, 14 de abril de 2020
Candados y cadenas
Cadenas y candados cierran las puertas de la zona más frondosa del parque. Lo hemos visto desde fuera al pasar por la acera. Y hemos visto parterres y senderos vacíos y bancos desocupados. Ni un alma humana. Sobre el césped dos pájaros de color negro y pico rojo, y una tórtola. Y el silencio. Unos pajarillos saltan de rama en rama pero no cantan quizá porque añoran a los humanos amigos de otras tardes. Vacío está el parque infantil con los remos quietos y los toboganes en la espera. Nadie. Nadie. Afuera de esta zona frondosa alguna persona -hombre, mujer- pasea al perro pero la estampa niega la alegría del encuentro. No juega el perro con otros perros, no husmean, no ladran. El hombre, la mujer, parecen por separado, más bien, unos fantasmas de otros tiempos. Nosotros nos llevamos, acera adelante, un profundo desconsuelo.
viernes, 10 de abril de 2020
La azotea
Hoy, Viernes Santo, hemos subido a la azotea. Tal que un ladrón. Con pasos quedos, suaves, como caminando sobre alfombras mullidas. No queríamos que nos vieran saltándonos la cuarentena. Hemos ido a gozar de unos minutos de sol y de aire más allá del que podemos tomar tras los cristales de las ventanas y el balcón cerrado. Caminamos. Nos parece mentira el caminar por un sitio mucho más largo que el pasillo o el salón. El piso, de la azotea, es del color del cemento. Estábamos en obras. Éstas pararon hace quince días cuando el Gobierno mandó cesar en las actividades que no fueran esenciales. Allí quedaron las nuevas baldosas sin poner y algunos baldes y otros cacharros testigos de la obra quieta. El piso de la azotea se nos antoja ahora ceniciento y muerto. Pienso si será el reflejo de mi cara ante la magnitud de la pandemia.
domingo, 5 de abril de 2020
Soledad
"Triste y sola. Sola se queda Fonseca; triste y llorosa queda la universidad..." canta la canción de la tuna universitaria. Nos acordamos anoche de esta canción estudiantil cuando, asomados a la ventana, vimos el parque, en soledad. Triste y solo, triste y lloroso, estaba. Ni un alma en la noche de la primavera canaria. Por no haber, no había ni un soplo de aire, ni un sonido. Soledad amarga, acentuada, pensamos, por las luces de las ventanas que nos recuerdan a las gentes en resguardo de la virus malo. "Y los libros, y los libros empeñaron... en el Monte de Piedad". Y nos vino a la cabeza la idea de que este viernes -Viernes Santo- será la festividad de la Virgen de la Soledad y que no podrá salir en procesión por las calles de Triana la bella imagen nuestra de la Virgen de la Soledad de la Portería.
martes, 31 de marzo de 2020
De Ramos
jueves, 26 de marzo de 2020
El libro
Teníamos perdido el libro y ello nos causaba tristeza pues era un recuerdo de nuestro tío Juan.Lo hemos encontrado ahora entre los volúmenes de nuestra pequeña biblioteca en la que hemos estado quitando y poniendo por aquello del confinamiento debido. Su título, Crónicas y Narraciones, nos lleva a un tiempo en que Juan Sosa escribía sobre cosas de nuestra ciudad. Su prosa cálida, su mirada que se detenía en los detalles nos dejaban estampas que para sí quisiera las mejores fotografías. Hemos abierto el libro y a vuela pluma hemos pasado de un artículo a otro, sin orden, deteniéndonos aquí y allá. Así hemos leído sobre el Mercado antiguo de Las Palmas con su reloj, y con la placa que nos dice que fue construido en tiempos de Isabel II. Y nos ha llamado la atención sus apuntes del edificio que entonces estaba enfrente del Mercado pegado a la pared del barranco con las ventanas dando para el cauce seco y lleno de piedras y otras cosas que nos traía las correntías, en tiempos de lluvia, nuestro querido Guiniguada. Nos llamó la atención, pues nosotros fuimos algunas veces a tomar café con leche o chocolate con churros a la churrería que allí estaba, y, también, nos asomamos -era obligado- a ver el barranco por tales ventanas.
lunes, 23 de marzo de 2020
El último
Vemos con cariñosa pena el último solar de lo que fue ladera. Vemos con pena como aquel espacio libre, de tierra ocre, lleno de pequeñas plantas de 'las nuestras' se ha convertido en un entramado de casas chalets con vistas al mar. La ladera -la de Schamann- se extendía desde el Paseo de Chil hasta la nueva barriada que estaba arriba en la loma. Una carretera estrecha y con pocas curvas que no recordamos si era de tierra o ya estaba asfaltada (por la que un día se desriscó un camión que sacó de su letargo a los schamaneros) cortaba en dos a la ladera y ésta estaba -al contrario que la de los Riscos- sin casa alguna apenas. Sólo podíamos ver las casas de la Ladera de Cuyás, antiguas cuarterías de los labradores que trabajaban en las fincas de abajo. Veíamos a la ladera como si fuese una bandera de color ocre que se extendía al aire de la ciudad llena de cardones, de aulagas, de tuneras... Parecía ser como esas montañas que poníamos con papel de envolver en los Nacimientos caseros. Ni una casa. Era un solar grande para soñar. Ahora, para nuestro desconsuelo todo es distinto: sólo queda un último solar sin edificar al que dedicamos nuestra cariñosa pena.
sábado, 21 de marzo de 2020
Resquicio
Por un resquicio en una acera de una avenida de nuestra ciudad unas lindas plantas asoman hacia lo alto buscando la luz y el sol. Sus semillas han germinado abajo en lugar que no sabemos será tierra o cemento. Una vez nacidas, las plantitas han tomado el camino correcto en busca de su desarrollo tal como le manda la vida. Nos ha emocionado el verlas en estos días en que luchamos contra un virus que ha venido a perturbar nuestra aparente tranquilidad. En la calle, casi desierta por la cuarentena, esta imagen, en estos tiempos de zozobras es un símbolo que podríamos aprovechar.
domingo, 15 de marzo de 2020
El carro
"Mi carro me lo robaaaron anoche cuando dormíía..." cantaba Manolo Escobar anticipándose, pudiera ser, al canto doloroso de los supermercados. Porque doloroso es ver como algunos desaprensivos se llevan los carros y, luego, en lugar de devolverlos tal cual, los dejan abandonados. Pensamos en ello viendo el carro de la fotografía junto a un muro en un alejado lugar de la ciudad. El pobre carro, de buen ver aún, está tirado y sus colores, verde y amarillo, son sólo recuerdos de su truncada utilidad.





















