domingo, 18 de octubre de 2020

La Paloma


Pasamos por la plaza de Colón camino de la Plazuela, y, como siempre, nos detenemos a admirar la magnífica columna de mármol que sustenta la cabeza del Almirante de la Mar Océana. Como estamos casi debajo tenemos que girar bien el cuello hacia atrás para poder admirar en toda su longitud el conjunto. Es una bella obra que nació de la mano de un escultor italiano y que la ciudad de Las Palmas mandó colocar en este sitio en 1892. Hoy hemos visto (y otras muchas veces también) una paloma que está aposada en lo más alto del todo sobre los pelos ensortijados del gran marino. Y nos da por pensar que esta paloma (¿siempre la misma?) es la reencarnación  de aquel pájaro que seguramente vio Rodrigo de Triana poco antes de dar su jubiloso grito de "tierra, tierra" subido en el carajo de la Pinta, en aquella mañana jubilosa del descubrimiento de América en 1492.

1 comentario:

  1. Las estatuas públicas duermen al raso y se convierten en el reposadero de las palomas.
    Un abrazo.

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