viernes, 29 de enero de 2021

Ni fú ni fa

 Podrían haberlo llamado con el nombre de la murga Ni Fú ni Fa, pero optaron por otro parecido. Leemos ahora, y nos sigue haciendo gracia, el letrero con el nombre del genial establecimiento: no ni ná. Ahí es ná, pensamos. Ocurre ello en una de las calles de la zona de Guanarteme felizmente ganada para la juventud que llena con sus tablas la Playa de Las Canteras por la CICER. Felizmente ganada, decimos, porque por aquí tropezamos con esa juventud extraordinaria que forma parte de nosotros mismos. Juventud alegre. Juventud deportista. Juventud sana. Lo del nombre del local, así visto, forma parte de todo ello, pues dice sin decir, pues está y no está. no ni ná. Ni fú ni fa. Y que vivan los carnavales todos los años venideros cuando los podamos gozar...

miércoles, 27 de enero de 2021

Cosas de sillas

 Sillas en el aire. Lo nunca visto. Mesas y sillas a porrillo en calles, plazas y otros lugares de la Ciudad. Son cosas de la pandemia que nos trae trabucaos. El mundo al revés o casi. Como las sillas que hemos visto colgadas, esperando probablemente que venga alguien a sentarse en ellas para saborear un cortado. O un helado. Cualquier cosa que con estas cosas de las sillas afuera de los bares y restaurantes se nos pueda ocurrir. Las sillas cuelgan del aire y tienen, naturalmente aire bajos sus patas, Estarán, pensamos, diseñadas así para gigantes o trapecistas, no por supuesto, para una persona normal. Aunque nos tememos que en estos tiempos que corren no vamos a poder ver una persona normal ni por casualidad. Por cierto, las sillas no estaban colgadas fuera de un bar sino de una ferretería. Nos dieron ganas de pedir dos raciones de tornillos. Lo juramos por el cortado.   

sábado, 23 de enero de 2021

Ojo avizor

 

El ojo, avizor, tiene presente las idas y venidas de los viandantes, las reuniones de los vecinos, las caras tristes o alegres de quienes deambulan sin destino fijo, sin pretensiones de llegar a ninguna parte. El ojo avizor está enmarcado para disimular, para que pueda decirse que es un ojo que no es ojo pues está sin vida en la pared. Pero quienes lo conocen, quienes saben de sus simpatías y antipatías, no están tranquilos cuando entran en la calle en donde se encuentra el ojo y tratan de salir de ella a la mayor celeridad. El ojo por otra parte, parece sincero. Su mirada es abierta y nadie le ha visto nunca parpadear. Ni por asomo puede alguien decir que en algún momento el ojo ha mostrado extrañeza, burla, o un leve movimiento de desaprobación. Es un ojo sensible y humano, con una sensibilidad humana, que a veces, eso sí, le hace llorar.

miércoles, 20 de enero de 2021

Negritud

La noche, más allá de las lámparas a medio encender, era obscura. Ni siquiera las luces de un barco en altamar rompía la negrura que se extendía sumiendo en un todo el cielo y el mar. Tan sólo era visible, como relámpagos, las crestas de las sucesivas olas que llegaban a la orilla. A un lado y al otro, las luces de La Isleta y las de la carretera que va hacia el Norte daban homenaje a la negritud que parecía querer envolvernos. Frente a ella nos sentíamos pequeños, muy pequeños, sintiéndonos una simple mota de polvo en la inmensidad.  

viernes, 15 de enero de 2021

Un tigre

  

Un tigre, dos tigres, tres trigues... decíamos con el trabalenguas. Nos acordamos de ello el otro día al ir a un restaurante (a un burguer) y ver en la pared del fondo un hermoso tigre entre dos banderas y unas palomas. Dibujados, claro está, si no hubiésemos salidos por patas... El restaurante que ya decimos es un burguer está especializado, al parecer, en comida que gustan a la juventud -buenas hamburguesas, muslitos de pollo fritos, papas fritas al modo tradicional y cosas así. Está este local en una de las calles que dan a Las Canteras por la Ciser  y seguramente lo han abierto contando con la gran cantidad de surfistas que por aquí abundan, sobre todo en el mar. Tiene el restaurante un toque informal, un tanto cutre, creemos que a propósito. Si no, no se explica lo de las sillas con los respaldos tan  gastados y los vasos de latón (de aquellos de asa usados por los boys scouts exploradores) en los que nos sirven las ricas papas fritas de acompañamiento antes nombradas. Por lo demás, un buen sitio para disfrutar de un almuerzo, o lo que sea, agradable.

viernes, 8 de enero de 2021

Por el humo




Por el humo se sabe dónde está el fuego, dice la canción lírica. Estábamos en Triana cuando un olorcillo a castañas asadas nos llegó. Miramos y vimos justo en el comienzo de la calle Torres un carrito con chuches y comprobamos que  de ahí venía el agradable olor pues había un caldero al fuego con castañas tostándose. Del fuego salía unas volutas de humo que ascendían llenando de frescura navideña el ambiente. Era la antevíspera de Reyes y, en este tiempo de pandemia con el coronavirus acechándonos nos resultó reconfortante la estampa. La gente, la mayoría con mascarillas, estaban a sus cosas. Unos en la terraza del, hasta hace poco, restaurante Irlandés. Otros quietos, casi en fila, al parecer haciendo turno para comprar castañas. Los demás caminaban despacio con nuestra pachorra de siempre, unos hacia allá y los otros hacia acá. El fuego, aquel fuego descubierto por el humo, era fuego amigo, y calentaba. Y el ambiente, nada triste, cantaba alegrando nuestros corazones. El Banco -más bien la Banca-, mientras, contemplaba la escena.