sábado, 31 de octubre de 2020

El túnel



Tamaraceite y Tenoya eran los dos lugares habitados de cierta importancia que encontrábamos cuando por la carretera del Norte nos disponíamos a ir a Arucas, o a Firgas o a Moya, a  Guía o a Gáldar, o a Agaete. Ir a San Nicolás de Tolentino, como se llamaba entonces la Aldea era cosa de conductores más atrevidos que nosotros. Ambos pueblos eran eminentemente agrícolas. De Tamaraceite nos acordamos que en él -a su salida- podíamos tomar la carretera de Teror. De Tenoya, nos acordamos, cómo no, de su túnel. Del túnel de Tenoya. Sin luz en sus primeros años, con luz mortecina luego, y con un sistema de semáforos más tarde cuando ya no era suficiente las buenas mañas de quienes querían entrar por uno o por otro lado según subieran o bajaran hacia o de Arucas. Hoy el túnel está inhabilitado para la circulación de vehículos pero sí permite el paso bajo él de ciclistas o de caminantes que, como nosotros, añoramos su pasado, por pasado, hermoso.


2 comentarios:

  1. Con demasiada frecuencia se proyecta un camino, un túnel o una carretera que para el momento de inaugurarla ya es obsoleta por su incapacidad. Solemos proyectar con mucho retraso a las necesidades.
    Un abrazo.

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  2. En este caso, amigo Francisco, el querido túnel de Tenoya cumplió con creces pues fue hecho hace muchísimo tiempo... luego, lo que tú dices.

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