sábado, 21 de septiembre de 2019

El viejito

Al pasar por lo que fue Puente de Piedra, hoy parte del techo que le echaron al Guiniguada, vemos en sus cuatro pedestales a las esculturas que nos recuerdan que son cuatro las estaciones del año. Esculturas blancas moteadas de polvo por el paso del tiempo, preciosas y sugestivas. A nosotros nos gustan las cuatro pero tenemos debilidad por la del invierno. Quizás o sin quizás porque ya estamos en nuestro propio invierno, el invierno de nuestras vidas. Representa esta escultura a un hombre cargado de años. A un venerable anciano con barbas blancas, expresión serena y túnica larga. A un viejito que a saber qué guarda en el recipiente que mantiene en su mano izquierda mientras mantiene la derecha alzada; quizás guarde los recuerdos de sus muchos años.

jueves, 12 de septiembre de 2019

Cenizas



Hemos visto el cartel anunciador de las fiestas de Teror 2019 y nos ha gustado mucho. Es un dibujo sobre cuadriculas de distintos colores de la Virgen y el Niño que presenta la particularidad de mostrarnos sus bellos rostros con señales negras, de cenizas, (que da la impresión de que al Niño le ha salido bigote). Es un recuerdo, creemos, de los incendios que nos han mortificado tanto en los últimos meses y que han dejado sus negras huellas en la isla. Seguramente el autor del cartel ha querido decirnos que las llamas han llegado hasta el santuario de la Virgen lo que es tanto como haber llegado hasta su corazón de Madre. Ahora a la Virgen y a su Hijo, a nuestra Virgen del Pino, la van a llevar a los municipios afectados en acción de gracia porque no hubo que lamentar desgracias personales pese a la aparatosidad y el destrozo de las llamas. Bienvenidos sean en todos ellos.

viernes, 6 de septiembre de 2019

Imagen

Una imagen vale más de mil palabras, nos dicen. Y es que no siempre hay palabras para describir lo que se siente, como nos ocurre al ver en los árboles de Las Canteras la presencia activa del viento. Estos árboles, que viven por donde los surferos encuentran en las olas su razón de ser, se encuentran sometidos -cual sabinas en El Hierro- a la acción continua de un airecillo constante que con su empuje hace que se camben sin llegar a troncharse. Es contumaz el viento pero también lo es el árbol que no ofrece más resistencia de la necesaria. Así juegan un día y otro mostrando uno al otro un mutuo respeto.