jueves, 27 de agosto de 2020

Vía Crucis





 En las iglesias de nuestra ciudad e isla y suponemos que en todas las del archipiélago canario o, más bien aún, en todas las del orbe cristiano, podemos encontrar en sus paredes unas cruces o unas imágenes en recuerdo del camino que Jesús siguió hasta el Gólgota, de su Crucifixión y posterior bajada de la Cruz y enterramiento. Son las catorce estaciones que forman lo que llamamos Vía Crucis. Nosotros, casi siempre, cuando entramos a una iglesia nos da por mirar a las paredes cercanas en busca de tales muestras de fervor religioso. A veces encontramos tan sólo las catorce cruces separadas unas de otras, a igual altura, otras veces las cruces están numeradas en números romanos para indicarnos en qué estación estamos; no es raro encontrar pinturas o litografías con las imágenes que quieren que nos llegue al corazón y, muchas veces, son pequeñas obras de arte los grabados que nos son mostrados. Así, viéndolas, vamos avanzando en el camino del sufrimiento del Señor. 

Hace unas semanas, en el día del santo Lorenzo, fuimos a su bonita iglesia en el pueblo del que es patrón. Y allí, además de bellas columnas, imagineria apropiada y retablo digno, vimos un víacrucis que nos llamó la atención pues cada uno de sus cuadros era una preciosa representación en relieve de los distintos pasos. Digno remate a una iglesia que muy bien pudo haber sido la catedral de la diócesis de Canarias en tiempos ya lejanos.

  

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