domingo, 28 de junio de 2020

Las Ramblas de Mesa

A las Ramblas de Mesa y López les faltan un hervor. Nos parece. Entre la pandemia por el coronavirus y las obras de nunca acabar de la remodelación para la metroguagua, las tienen a las pobres a mal traer. Están alicaídas, como sin ánimos, tal como si la pachorra que no caracteriza se hubiera comchabado con una calima perenne para mantenernos amodorrados de por vida. Parece que las pobres Ramblas necesitan de un buen empujón. El tono gris del piso que les han puesto, sin flores, con una especie de quiero y no puedo de césped que se arrastra por el suelo no ayuda en absoluto a luchar contra los muros largos de aquellos edificios que albergando  grandes comercios no les da, precisamente, un tono de alegría al espacio. Para colmo, ya no pasan los coches ni se detienen taxis ni guaguas con pasajeros que suben y bajan. Que subían y bajaban. Hoy todo es horizontal, sin gracia, sin alma. Pobres Ramblas.
   

2 comentarios:

  1. Hay en tu escrito un jirón de dolor por esos cambios que no te satisfacer. Y es que cuando los espacios públicos pierden al público dejan de tener entidad y gracia.
    Un abrazo.

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  2. Cierto. Somos las personas las que damos vida a los lugares, sean éstos los que sean.

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