sábado, 29 de septiembre de 2018

Mesa

Los jóvenes que gustan de revolucionar el lenguaje la llamaban Mesa. Nosotros, Mesa y López; algunos, Las Ramblas. Todos llamábamos de una forma o de otra a aquello que habiendo surgido de los arenales, terminó siendo algo nuestro, muy nuestro... un nuevo corazón comercial de la ciudad de Las Palmas. Ha sido y es sobre todo zona comercial, no muy cosmopolita, creemos, pues no puede decirse que quienes nos visitan la frecuenten. Al menos, los turistas nórdicos que sabemos están allá abajo bajo el sol del sur. Algunos, despistados, sí vemos en ocasiones, pero son pocos. Frecuenta la zona, eso sí, mujeres ataviadas con lindos trajes del África cercana que acuden a por detalles que llevarse a sus tierras en los centros comerciales. ¿Seguiremos llamando sin cambios a esta zona que va a cambiar, suponemos, de aspecto con la metroguagua? ¿La reconoceremos,o será tan sólo un cambio de look de Las Ramblas lo que nos va a dar el Ayuntamiento? Tiempo al tiempo. Ya falta menos para poder apreciarlo. 

lunes, 17 de septiembre de 2018

No casan

En un parterre vimos unas flores que nos llamó poderosamente la atención por su luminosidad, su colores amarillo y anaranjado, hermosos. Nos detuvimos a observarlas y nos pareció que estaban fuera de lugar, nos pareció que flores y planta que la sustentaban no casaban. ¿Cómo flores tan linda en planta carnosa de esas que viven desperdigadas por montes y barrancos? ¿Cómo azucenas de color junto a las púas que son sus hojas? ¿Son o no son hijas y madre o son productos de un maleficio de la naturaleza o del hombre? 

lunes, 10 de septiembre de 2018

Tosca

A lo mejor, el nombre de una calle da contenido a esta calle. No solamente contenido espiritual, sino, esta es la novedad, contenido material. Tenemos para muestra un botón; la calle Pintor Juan Ismael, que está en La Minilla cuenta entre sus edificios (construido el que digo antes que los edificios de viviendas), con un colegio infantil y juvenil -El Santa Bárbara- y, añadido a éste, un instituto de educación secundaria que algunos conocen como El Militar. O al revés, no sé. Nada de particular hasta entonces. Ahora bien, ilusiónense conmigo si pueden. El citado edificio tiene en la parte que da para la calle del pintor unos trozos estrechos de terreno, de tosca, en los que nadie diría que pudiera desarrollarse una planta. Y sí, sí que se desarrollan no una sino una cantidad de nuestras plantas, plantas canarias, que dan un magnífico sabor de boca alegrando la vista de quienes se detengan a verlas. Tengo por seguro que el nombre de nuestro Pintor Juan Ismael ha bendecido el terreno convirtiendo en terreno fructífero la tosquedad sobre la que construyeron el edificio. Pensamos que el ejemplo es digno de imitar.