lunes, 27 de julio de 2020

Paracas

Entre los años 60 y 70 del pasado siglo hubo en Las Palmas una presencia de las banderas I y II de Paracaidistas. Las Roger de Flor y Roger de Lauria si no recordamos mal. Aquí estuvieron los "paracas" como amistosamente los llamábamos y aquí muchos de ellos echaron raíces. Así no es de extrañar que en el Parque de Las Rehoyas, (en cuyos terrenos de entonces estuvo su acuartelamiento) hayamos encontrado una placa que recuerda aquellos tiempos. La placa reza: "A la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria con gratitud y cariño. Los veteranos paracaidistas de Canarias. VE.PA.CAN. 1 de diciembre de 2003." Bien está que estos veteranos agradezcan a la ciudad su acogimiento. Pensamos que, a cambio, no estaría de más que la Ciudad agradezca a su vez a los Paracaidistas, y a los legionarios, que también por aquí estuvieron -al Ejército en suma- su presencia, pues sin ellos, lo que hoy es un magnífico parque (pulmón de la ciudad en estos barrios que lo circundan) serían tan sólo un conglomerado más de casas y de cemento.       

lunes, 20 de julio de 2020

Buganvilla

Recordamos las buganvillas de pequeños. Nos llamaban la atención estas enredaderas trepadoras que veíamos a menudo en los más dispares sitios: en un parque, en un solar, en el frontis de una casa terrera. Las recordamos de tres colores: el blanco, el rojo, y otro que ahora no sabemos nombrar. La que hemos visto esta mañana, en un barrio cercano en nuestras pesquisas mañaneras, era de color rojo intenso. O nos lo parecía. Casi se nos escapa la buganvilla pues estábamos sentados en un banco en espera de la guagua y no nos habíamos dado cuenta de que ella estaba a nuestro alcance. Un poco más tarde, al girar la cabeza, la vimos allí dispuesta a enseñarnos su belleza. Era linda y bien enramada. Nos dio que al encontrarla habíamos llenado el día con satisfacciones plenas.

jueves, 16 de julio de 2020

Machangos

Como recuerdo de la covid19 (que aun está con nosotros) quedan en el suelo de la Avenida de Las Canteras unos machangos que tuvo a bien mandar a poner o a pintar el Ayuntamiento capitalino para decirnos, con amor de padre, por donde debíamos caminar: "De acá para allá por dentro; de allá para acá, por fuera". nos vinieron a decir. Los dichos machangos cumplieron bien su trabajo y así unos paseábamos junto a las barandillas que nos separan de la arena y los otros pegaditos a las casas. Como era de esperar había quienes no se sabía si iban o si venían. Éstos, lo mismo tropezaban con los que intentaban cumplir con lo aconsejado -yendo cual kamikases por una autopista- o se paraban allí donde les apetecían interrumpiendo el paso. Bien es verdad que eran los menos. Los más cumplíamos, haciéndonos acreedores al premio que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria otorgó al conjunto de la Ciudadanía por su buen comportaamiento en las Fiestas Fundacionales de este año que no pudieron celebrarse por la pandemia. Premio logrado en buena parte gracias a estos simpáticos machangos que traemos hoy a la consideración de ustedes. 

lunes, 13 de julio de 2020

De amarillo

Según los recordamos, siempre han estado pintados de amarillo dos de los edificios más emblemáticos de la Avenida de Las Canteras. Nos referimos al Hospital de San José y al que fue Comandancia de Marina. Ambos están casi juntos y por ello, cuando paseamos con dirección a La puntilla nos parecen, al verlos, que son algo así como un símbolo de nuestra tierra. No en vano están pintados con el color amarillo de nuestro pájaro canario, ese color amarillo que para nosotros tiene un tono tan especial. Desde la arena y desde el mar por esta parte de la playa, que llamamos Playa Grande, podemos también apreciar la finura de los edificios que unen al ya dicho color amarillo el blanco de sus relieves. Imaginamos que también serán visibles desde La Barra. Desde ella, los bañistas que se aventuren hasta allá los pueden tener como referencia y los podrán  poner como santo y seña a la hora de volver a tierra.

sábado, 4 de julio de 2020

Las butacas

Hemos venido al concierto que abre nuestro Teatro Pérez Galdós de nuevo después del paréntesis por el confinamiento del demonio Covid19. El patio de butacas presenta un aspecto extraño. Las butacas que no deben ser usadas -la mayoría- tienen un cartel que así lo indica. Las otras, las menos, aguardan a los espectadores.  Estamos en tiempos raros, no hay duda. Que se lo digan si no a quienes esta noche, sobre el escenario, nos ofrece su arte. ¿Cómo nos verán ellos, a nosotros, criaturas separadas que somos espectadores de este acontecimiento único? ¿Cómo actuarán con un teatro con menos de la mitad del aforo por causas mayores? ¿Sentirán desasosiego, ansiedad, tristeza, desánimo?

Teníamos las entradas desde marzo y el concierto quedó en suspenso como tantos otros en España y en el mundo. Allá en febrero, nos decidimos a comprar las entradas atraídos por el nombre de la artista, Patricia Kraus. Y también porque el título, Pioneras, nos hablaba de un recital de canciones y de cantantes de primera talla de la música de tiempos pasados, de mujeres que abrieron caminos que muchas otras se atrevieron a seguir después.