martes, 14 de abril de 2020

Candados y cadenas

Cadenas y candados cierran las puertas de la zona más frondosa del parque. Lo hemos visto desde fuera al pasar por la acera. Y hemos visto parterres y senderos vacíos y bancos desocupados. Ni un alma humana. Sobre el césped dos pájaros de color negro y pico rojo, y una tórtola. Y el silencio. Unos pajarillos saltan de rama en rama pero no cantan quizá porque añoran a los humanos amigos de otras tardes. Vacío está el parque infantil con los remos quietos y los toboganes en la espera. Nadie. Nadie. Afuera de esta zona frondosa alguna persona -hombre, mujer- pasea al perro pero la estampa niega la alegría del encuentro. No juega el perro con otros perros, no husmean, no ladran. El hombre, la mujer, parecen por separado, más bien, unos fantasmas de otros tiempos. Nosotros nos llevamos, acera adelante, un profundo desconsuelo.

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