lunes, 4 de mayo de 2020

Ausencias

Es la hora asignada a los mayores en la mañana. Van llegando, solos o acompañados. Algunos traen en sus caras la mascarilla protectora. Caminan con pasos llenos de lentitud. Una vuelta, otra vuelta y otra más. Se sientan a coger resuello. Se saludan, aquellos que se conocen, como autómatas. Los que no, dan unos buenos días apagado, con una breve inclinación de cabeza. Dejamos transparentar una sonrisa pero entre nosotros todos cabalga un triste sentimiento de soledad. Faltan, estamos seguros de que faltan, los niños. Un parque sin niños es como un jardín sin flores, podríamos decir, y los mayores notan que algo les faltan. Quien más quien menos piensa en sus nietos, en sus nietas, y se ven ellos mismos cuando eran pequeños. Estamos en un parque sin carreras infantiles, sin risas, sin sobresaltos entre ellos, sin juegos. Y esas faltas son las que sentimos los viejos en estas horas nuestras bajo el tibio sol de la mañana. Por sobre el parque sobrevuela, como pájaro sin alas, las ausencias.

2 comentarios:

  1. Es un tiempo duro, pero sobrevivir a estas circunstancias de pandemia tiene costes severos a los que nos debemos acostumbrar para que podamos salir indemnes.
    Un abrazo (virtual)

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