miércoles, 20 de noviembre de 2013

La granada

En la avenida un edificio; en el edificio un jardín; en el jardín un árbol; en el árbol una rama, y en la rama una granada. Es la única fruta del árbol y la única del jardín. La miro y la veo bonita. Aún no está en sazón pero ya presenta la belleza en su tierna andadura. Se balancea con el impulso que el viento le da y sus colores brillan en el atardecer. Es, de momento, el anuncio de una fruta prohibida y pienso cuánto tiempo durará allí y me pregunto si manos furtivas no la cogerán para llevarla, no sé adonde, como trofeo. Quisiera creer que no. Quisiera creer que la dejarán colgada, sola y bella, como si fuese una bola que adorna un árbol de la cercana Navidad.

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