domingo, 1 de septiembre de 2013

Los ojos del poeta

El poeta, nuestro poeta Alonso Quesada, tiene las cuencas de los ojos vacías. Yo al verlo en mis paseos, algunas veces he pensado en ir a un taller de muñecas a comprar unos para ponérselos pero quedo parado por las dudas: ¿De qué color son los ojos de mi poeta?  ¿Verdes, como la mirada verde de Oliva, la moza irlandesa de Las inquietudes del Hall que vino a Las Palmas buscando el sol para curar su dolencia? ¿Verdes, pues ella "oía el mar lejos, y se lo imaginaba verde, con verdor luminoso de árbol de otoño"? ¿O grises, pues "el sol desgarraba las nubes grises de su amanecer y empujaba su tristeza..."?

Más bien, a pesar de todo, pienso, los ojos del poeta debieran ser negros, como negro es el luto que llevamos por su temprana muerte. Entonces, reemprendo el camino y me voy a donde  sea.

2 comentarios:

  1. Deliciosa esta primera escena palmense. ¡Enhorabuena!

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  2. Preciosos estas primeras entradas, me encanta ese estilo, creo vamos a ver la isla en tus ojos, con todo detalle, con la sencillez de la vida.
    Podrías poner un comando para seguirte diariamente.

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