domingo, 22 de septiembre de 2013

Hermanamiento


Algunas veces voy a la Plaza del Pilar en Guanarteme. Uno de sus bares con terraza tiene un nombre sugestivo que no me resisto a citar: "Oh! qué bueno". Los demás bares son iguales de bueno, seguramente, pero no me sé sus nombres. Desde la terraza del bar podemos ver la iglesia. Y al lado, a la izquierda, sobre un elevado pilar, podemos distinguir la imagen de la Virgen. De la Virgen del Pilar, por supuesto, recortada sobre el cielo, azul algunas veces, negro otras, de panza de burro las más. Pienso, cuando la veo, que deberíamos pedir a las fuerzas vivas de Las Palmas y de Zaragoza un hermanamiento -si es que no están hermanadas ya- para estas dos ciudades que son hermanas a través de la Virgen. 

Y así, si lo estuvieran, los maños que viven y trabajan (pocos o muchos) arrullados por el mar canario, y que aquí pueden gozar del encanto de Las Canteras, podrían considerarse tan canarios... como maños se considerarían los canarios que trabajan y viven (muchos o pocos) junto a la ribera del Ebro, allá en donde la Basílica de la Pilarica les acoge. 

1 comentario:

  1. Con o sin imagen de por medio, el hermanamiento entre los hombres es lo único que nos salva, Ángel. Esa es la esperanza de la humanidad, ya que los otros caminos todos terminan en despeñaderos.
    Un fuerte abrazo.

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