domingo, 9 de marzo de 2014

Los pichones

La paloma perdió el rumbo y fue a dar al Negrín que es hospital general en vez de llegar al Materno para tener a sus polluelos. Por ello la paloma buscó entre las plantas que están en los maceteros (casi jardines colgantes) de detrás de las ventanas de las amplias galerías del hospital y entre ellas incubó los huevos y de estos nacieron dos preciosos pichones. Los hemos visto hoy. La paloma, muy ufana, con sus alas formando cobertor, ampara a sus polluelos del frío de la tarde-noche y los pichones escondidos bajo las alas casi por completo tratan de pasar desapercibidos, y se escondían hurtando sus caras al móvil que servía de máquina de retratar. Por ello, tan solo a uno pudimos tomar retrato con su pico diminuto y sus ojillos abiertos a la vida.

Nosotros hemos encontrado en la escena una paradoja pues mientras a un lado de la galería, en las habitaciones, los enfermos (algunos en fase terminal) luchan por sanar de sus enfermedades con auxilio de la ciencia, en el otro lado, la paloma, con solo su saber de ave vieja, cuida de sus pequeños retoños para que se abran paso y puedan luchar en la vida que tienen por delante.  

1 comentario:

  1. "Con sus alas formando cobertor". Qué imagen tan sugerente, Ángel.
    Un abrazo

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