viernes, 29 de julio de 2022
La campana
La
campana de Triana no tiene badajo ni sacristán que la toque. La pobre, no
cumple con su obligación, o más bien con sus deseos, de ser por todos escuchada. Sirve tan sólo de adorno, de fino ornato. Está, simplemente para ser vista. Como toda campana que se precie, esta querida muestra del arte del sonido potente quisiera que su tañido llegase, pasando
pueblos y ciudades a todo sitio, por recóndito que esté, del país. Pero ella, no suena ni en
las fiestas, con tañidos alegres, ni en los entierros con lúgubres sones para
despedir a quien se ha ido para siempre. ¡Pobre y triste campana! De ella tan sólo oímos
caer amargas lágrimas que resuenan en nuestros corazones.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario