viernes, 8 de enero de 2021

Por el humo




Por el humo se sabe dónde está el fuego, dice la canción lírica. Estábamos en Triana cuando un olorcillo a castañas asadas nos llegó. Miramos y vimos justo en el comienzo de la calle Torres un carrito con chuches y comprobamos que  de ahí venía el agradable olor pues había un caldero al fuego con castañas tostándose. Del fuego salía unas volutas de humo que ascendían llenando de frescura navideña el ambiente. Era la antevíspera de Reyes y, en este tiempo de pandemia con el coronavirus acechándonos nos resultó reconfortante la estampa. La gente, la mayoría con mascarillas, estaban a sus cosas. Unos en la terraza del, hasta hace poco, restaurante Irlandés. Otros quietos, casi en fila, al parecer haciendo turno para comprar castañas. Los demás caminaban despacio con nuestra pachorra de siempre, unos hacia allá y los otros hacia acá. El fuego, aquel fuego descubierto por el humo, era fuego amigo, y calentaba. Y el ambiente, nada triste, cantaba alegrando nuestros corazones. El Banco -más bien la Banca-, mientras, contemplaba la escena.

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