sábado, 23 de enero de 2021

Ojo avizor

 

El ojo, avizor, tiene presente las idas y venidas de los viandantes, las reuniones de los vecinos, las caras tristes o alegres de quienes deambulan sin destino fijo, sin pretensiones de llegar a ninguna parte. El ojo avizor está enmarcado para disimular, para que pueda decirse que es un ojo que no es ojo pues está sin vida en la pared. Pero quienes lo conocen, quienes saben de sus simpatías y antipatías, no están tranquilos cuando entran en la calle en donde se encuentra el ojo y tratan de salir de ella a la mayor celeridad. El ojo por otra parte, parece sincero. Su mirada es abierta y nadie le ha visto nunca parpadear. Ni por asomo puede alguien decir que en algún momento el ojo ha mostrado extrañeza, burla, o un leve movimiento de desaprobación. Es un ojo sensible y humano, con una sensibilidad humana, que a veces, eso sí, le hace llorar.

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