miércoles, 27 de junio de 2018

En Triana

Una trompeta, un teclado con su vocalista, un saxofón, una voz femenina cantando y una pintora, auxiliada esta por la mano inocente de un niño que más que pintar jugaba. El niño lo pasaba 'pipa' sintiéndose un Leonardo y trazaba una raya blanca aquí y otra allá sobre el fondo negro de la calle tal y como veía hacer a su improvisada profesora. Ella, la profesora, pintaba blanco sobre negro haciendo que la cara que quería pintar (tenía unos cartones con ella al lado) fuera saliendo. Los ojos, la boca, la media sonrisa, la barbilla... Cuando nosotros la vimos le quedaba mucha tarea por delante pero ella ni se apuraba ni se amilanaba. Daba la impresión de tener tiempo, mucho tiempo. Mientras, los músicos, separados y no revueltos tocaban o cantaban, o tocaba y cantaba como era el caso del vocalista aquel del teclado eléctrico. Más acá, o más allá, ¿qué importaba? el trompetista musitaba la música de su trompeta, al igual que hacía el hombre del saxofón, mientras la chica que tan solo cantaba, cantaba, como para ella, su canción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario