miércoles, 2 de diciembre de 2015

Nocturno

La tarde cae. Es otoño, y la obscuridad va ciñendo en negros y grises las casas y las cosas. También el cielo va vistiéndose de luto no sin antes regalar a las nubes espléndidos colores. Sobre ellas el azul, que se va volviendo desteñido, aportando su granito de arena a lo que de irreal tiene el atardecer: no escuchamos a pájaro alguno y los trinos nos parecen recuerdos de un pasado remoto, mientras, los contornos se difuminan y el frío se pega en el alma.

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