domingo, 22 de noviembre de 2015

El reloj parado

El reloj parado nos dice su hora aunque no nos aclara si esta es la de la mañana o la de la noche; marca un cuarto para las ocho y quienes por la Alameda transitamos sabemos que ello es así desde hace mucho. Por la ciudad han transcurrido los días, las semanas y los meses, también los años, y sin embargo para el reloj sigue sin avanzar un solo segundo el tiempo, que para el es tiempo muerto. Sus manecillas están paradas y tan solo la luz del sol, cuando juega con ellas para hacer sombras chinescas, produce la ilusión de que el reloj anda. Es triste. El buen reloj tiene el tiempo detenido y nosotros pensamos en que quizás nosotros igualmente lo tengamos así.

1 comentario:

  1. De ilusión también se vive, Ángel. No le hagas caso al reloj y vive gozando cada instante, porque el reloj está parado, pero el tiempo corre.

    Un abrazo.

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