domingo, 11 de enero de 2015

Calima

Nuestra amiga Calima vino allá por Navidades con intenciones claras de quedarse. ¡Mira que es majadera! No sabe ella, al parecer, lo que dice el refrán de que año nuevo, vida nueva, y se empecina en seguir con nosotros quitando el protagonismo al dios Helios que debe estar por allá arriba mordiéndose los nudillos de las manos, desesperado. Y es que no es para menos; quiere el sol llegar hasta nosotros para calentarnos los huesos y mantener nuestra piel bien morena y va la taimada y nos lo oculta. A nosotros, nos da pena el sol porque ha perdido parte de su fiereza. Podemos mirarlo de frente contando conque no nos va a hacer daño en nuestras retinas y al mirarlo lo vemos lastimado en su amor propio y algo así como dolorido y lloroso. El astro rey, centro de nuestro Sistema Solar, no se merece tal trato. Por ello pedimos a nuestra amiga Calima retorne a sus lares y que se lleve con ella la tierra que anda flotando sobre nuestras cabezas. ¿Nos hará caso? 

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