viernes, 21 de febrero de 2014

Sin rosas

Fuimos al parque en busca de rosas. Y no había rosas pues los rosales habían sido podados y solo asomaban sobre el suelo los  pequeños troncos que habían dejado los jardineros. Parecía un jardín dedicado a la vid, unas viñas de cepas bajas. Pensamos: no hay rosas pues los rosales esperan algo más de calor y ya florecerán dentro de un mes, dentro de dos meses... Paseamos. Tenemos junto a nosotros el Castillo de la Luz y a un lado del parque está el barco de madera al que unos pintores dan una mano para remozarlo. Pintura roja para la parte baja, que, de navegar el barco, quedaría bajo el agua. Y pintura blanca y azul. Al barco -notamos- le falta la arboladura y por tanto no tiene velas. Ni anclas, ni cadenas. Cerca del barco encontramos un busto sobre un pedestal y, en este, en una placa, leemos: Gran Canaria al Capitán Etayo. Tratamos de recordar. ¿Etayo? ¿Capitán Etayo? Ni su grado de capitán nos refresca la memoria. Por ello, y para satisfacer la curiosidad, acudimos a la red.

En Capitán Etayo estuvo en Gran Canaria en 1992, año en que España celebraba el 500 Aniversario del Descubrimiento de América. Luego estuvo en La Gomera y con su barco la Niña III, carabela réplica de la del Almirante, emuló el primer viaje de Cristóbal Colón en busca de Cipango. Partió de La Gomera el 30 de septiembre y llegó a Santo Domingo en la isla de La Española el 8 de noviembre de 1992, tras treinta y ocho días de navegación -dos más que Colón en su primer viaje-. Al igual que Colón, Etayo estuvo en Gran Canaria. En Las Palmas. Aquel oró, posiblemente, en la ermita de San Antonio Abad del barrio de Vegueta. Etayo y su tripulación de once hombres asistieron, antes de partir para La Gomera, a una misa celebrada en la ermita del Abad. Por todo ello, el reconocimiento. 

1 comentario:

  1. Una bonita efemérides, pero efectivamente, es pronto para rosas, salvo que sean de invernaderos.
    Un abrazo.

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