sábado, 22 de febrero de 2014

Colores

Los miles y miles de coches que circulan en nuestra ciudad tienen un solo color. Los hay negros, blancos, grises, encarnados, amarillos... pero es difícil encontrar alguno que no sea monocolor. Como la salvedad justifica el aserto diremos que los pequeños Minis, por ejemplo, son muy lindos con dos colores: un color para carrocería y otro para el techo, y los hay incluso que tienen pintura a cuadros como si fuesen tableros de ajedrez. (También las guaguas tienen dos colores pero ello es otra historia). Lo que predomina en la mayoría de los coches, sin profundizar mucho en la apreciación, es la unicidad en el color, o cuando menos una falta de imaginación para su decoración externa, salvo que la razón sea que la pintura sale por un ojo de la cara. Por ello ayer, al ver aparcado junto a la acera en una calle un hermoso coche (un 4X4, seguramente) luciendo unos dibujos geométricos llenos de colorido, nos llevamos una alegría. Fue como si el arco iris hubiera salido de la negrura del asfalto y se levantara sobre nosotros. ¡Cosa linda, usted! Era un coche con pintura Op Art -pensamos- lleno de color. Y de qué grata manera destacaba en la placidez de la tarde en el paisaje urbano. 

1 comentario:

  1. Así es, llama la atención lo que se sale de norma. Y en este casa, aunque el colorido es mucho, es muy bonito.
    Un abrazo.

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