lunes, 27 de enero de 2014

Mordida


El tramo de la circunvalación a la capital que va desde la rotonda del Dr. Negrín hasta la que está más abajo, hacia el mar, está flanqueada por dos espléndidas zonas verdes. En la una (a la derecha bajando) nos encontramos con un buen trozo de césped en dos alturas y luego siguen zonas ajardinadas en las que alguna escultura da para pensar en el buen gusto. En la otra a continuación del Hospital y su pista de aterrizaje para los helicópteros de emergencias, una sábana verde está ocupada por el club de golf que al parecer debiera ser público pues es, parece, del Ayuntamiento. En este trozo de verde es en donde hace unas semanas se ha dado una mordida al césped y al paisaje. Las máquinas excavadoras llegaron y con el permiso de quien puede darlo -es de suponer- abrieron un boquete que ha dejado su huella triste en el terreno.

Desconozco que van a hacer. Y tampoco me preocupa tanto. Lo que sí me jeringa es que en esta ciudad de cementos agobiantes los gobernantes no luchen contra viento y marea para conservar los pocos lugares verdes que tenemos. 

1 comentario:

  1. Los espacios verdes, al convertirlos en ladrillo y cemento dan oro líquido. Es una fórmula no química, pero así es este reactivo.
    Un abrazo

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