miércoles, 15 de enero de 2014

Gerbera

Un hombre con su pequeña furgoneta vende plantas por el barrio. Va ofreciendo su mercancía y al contar con un número de clientes habituales (a los que se unen otros esporádicos) consigue, creo yo, volver a casa con la furgoneta vacía al final de la jornada. Siempre nos trae algo nuevo. Y nos deja en el dilema de cual comprar. Tiene plantas que solo muestran su color verde, unas grandes y otras de menor tamaño. Tiene otras que nos atraen con el llamativo color de las flores como si nosotros fuésemos abejas dispuestas a libar sus jugos para fabricar miel. Hoy, nuestro amigo de la furgoneta ha traído unas plantas con flores que nos gustaron, pues no solo son bonitas sino que nos recuerdan cuando en nuestras casas de la niñez, con patio y azotea en cada una, estas plantas y otras muchas no faltaban. Está de más decir que, no pudiendo resistirnos, compramos tres pequeñas macetas en las que las delicadas gerberas -así se llaman- lucen graciosamente sus palmitos.  

1 comentario:

  1. ¿Sabes, Ángel? Siempre hubieron personas que supieron buscarse la vida en medio de las dificultades y me parece un honroso medio de vivir. Aquí en Sevilla, hay algunos que van por las calles, especialmente por plazas y terrazas, por entre los veladores de los bares y cafeterías, con un pequeño cajoncito ofreciendo macetas minúsculas. La vida está difícil, pero el que tiene ingenio sabe salir adelante.
    Un abrazo.

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