miércoles, 3 de abril de 2019

Castaño

Hemos subido al barrio de San Juan -uno de los tres barrios risqueros de mas allá del Guiniguada- en busca de la Batería que lleva su nombre. Primero en guagua recorrimos un buen trecho por su calle principal y luego, por la misma calle seguimos pateando cuesta arriba bastante empinada, lo que era un disgusto. Nos extrañó la falta de árboles. Sólo pudimos ver una palmera en una calle paralela (y unas flores en un balcón o ventana) y otra palmera, su cogollo más bien, a modo de espejismo. En ésas andábamos cuando en una esquina con otra calle no sorprendió, dando por bueno el refrán de que quien no se consuela es porque no quiere, ver el rótulo maravilloso del nombre de un árbol: castaño. Castaño, decía. Y mas adelante otro letrero decía madroño. No pudimos dejar de reír por estos encuentros sorprendentes y cariñosos.
   

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