martes, 22 de enero de 2019

Lluvia

Dios no desampara a quien cría y aprieta pero no ahoga, nos dice el refranero. Por ello, al fin, el cielo que tan roñoso se nos mostraba, nos ha mandado la lluvia benefactora. Lluvia sin viento y sin destrozos pero con un frío de todos los demonios. ¡Pareciera que estamos en invierno si no fuera porque estamos en invierno! Un invierno del que ya nos habíamos olvidado con tantos días de sol, de ese sol del que gusta presumir a los amigos del buen tiempo. Han llegado las lluvias: se han regado las plantas y se han mojado las calles y las plazas y los coches y las gentes. Y ha cambiado nuestra percepción de la realidad viendo en el suelo mojado el reflejo de las luces blancas de las farolas y las luces de colorines de los anuncios y escaparates de los comercios. Bienvenida sea la lluvia si no viene desinquieta.

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