Música y pintura

Música con pintura o pintura con música. Tanto da que da lo mismo. Fue el viernes de hace una semana dentro del TEMUDAS Fest, en la trasera de la catedral en la Plaza del Pilar Nuevo. Digno marco para tales eventos. Música de jazz o muy parecida ofrecida por una pequeña banda de la que veíamos (estábamos en un lateral del escenario) al vibrafonista, al batería, al del contrabajo y a un guitarra. Más allá, al otro lado, los violines. La música nos transportaba y eso que nuestra atención permanecía compartida entre ella y la pintura. Pintura con spray en un lienzo blanco en principio, en el que, como por arte de magia, iban apareciendo los rasgos de la cara de un hombre: oreja, ojos, nariz... Desde nuestro sitio veíamos tan solo la mitad de la cara y un poco más; la otra mitad... por allá. Con negros y grises, con difuminados y realzados la cara iba tomando vida mientras que los dos pintores se afanaban en los detalles. Al igual que los músicos se afanaban en sus melodías... Al final pudimos ver en su totalidad a los artistas y a la obra pictórica, mientras los aplausos resonaban en el silencio de Vegueta, junto a la fachada de piedra verde de la casa de Colón.

Espectáculo debido a su director, Aridane Martín, quién lo ha titulado Tiébélé, en honor a una población en África en la que las casas se decoran con pinturas...