viernes, 23 de octubre de 2015

En la tarde

Durante la mañana la lluvia había caído con bastante intensidad concentrando en la capital de la isla toda su fuerza. Tuvo lugar el caos normal de estos casos: barraqueras y roturas, cortes del tráfico rodado, retenciones, anegamientos de zonas bajas, alcantarillas que saltan impulsadas por gigantes manos, túneles que dejan de ser tales y se convierten en trampas para automovilistas confiados...

En la tarde, la situación había cambiado si bien continuaba la alerta por mal tiempo: seguiría lloviendo a mares, nos decían. En el paréntesis, las gentes salió de sus casas con ganas de coger aire y abarrotó la calle Mayor de Triana. Cada uno a su aire aunque la mayoría con ese ritmo cansino del isleño aplatanado. 

Nosotros les veíamos pasar. Paseaban o iban a sus asuntos. Amigas juntas, matrimonios, hombres obesos... Algunos llevaban a sus perritos falderos de paseo. Les veíamos pasar mientras sentados en una terraza saboreábamos un buen cortado. 
 

1 comentario:

  1. Nos has contado una panorámica desde la seguridad de tu cafelito, pero según vi en el noticiario, la cosa fue tremenda y nada apacible.

    Un abrazo.

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