miércoles, 1 de octubre de 2014

La luna

La luna, en el negro cielo de la noche, mostraba sus encantos de joven en estado creciente, y en su afilado rostro los cuernos marcaban los límites de su hermosura color de leche. Coqueta en su juventud, se insinuaba buscando ser retratada. Busqué la cámara, pues hombre al fin, quería conservar conmigo su lejana e indómita belleza y la retraté tratando de mantener firme mi pulso y ligera mi cabeza. Y entonces la luna hizo un quiebro, y otro, y un tercero y me dejó triplicada su linda esencia.
   

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