lunes, 26 de mayo de 2014

Traspuesto

El sol había traspuesto. Se había marchado por el mar más allá del Auditorio. Las calles estaban desiertas. Arriba el cielo parecía no tener ni una estrella; solo obscuridad, negrura fea. Negro manto, negra noche. Algunas luces lejanas, como pabilos encendidos, indicaban que por allá había gentes, que no estábamos solos en el planeta. Enfrente, a media altura, queriendo romper el manto fatal de la tristeza, un poco de luz solar abanicaba aún el nocturno paisaje.

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