La malquerida
Llamamos a esta planta la malquerida, nombre de un drama rural de principios del siglo veinte. La planta que nosotros vemos, no es un drama ni es rural sino que crece curiosa y significativa en cada uno de los rincones de nuestra geografía capitalina. También puede que crezca en esos pueblos isleños de Dios, pensamos, pues es como una plaga bíblica y de ello pueden dar cuenta quienes por orden del Ayuntamiento las quitan hoy aquí y mañana allá. Porque mañana o pasado vuelve a nacer y a salir aquí o allí: en la calle o en la carretera. y en las aceras, y en parques y solares, al abrigo del viento y en descampados. En donde sea si una grieta en el piso permite que asome su cabecita vegetal. Y no es fea la planta. No, que va. Bonitas son sus espigas verdes y sus flores blancas o amarillentas. Es, decimos, la malquerida nuestra, una planta bonita y sin embargo, nadie la quiere. ¿Por qué será?
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