lunes, 15 de enero de 2024

El bache


Aún no es bache pero lo será, pensamos, al ver el estropicio que han formado las guaguas que una detrás de otra pasan diariamente por el Paseo de Chil. El pobre aprendiz de bache no sabe ya como aguantarse. Es un roto considerable que, a poco que se profundice, nos lleva a las profundidades. O al infierno. Porque las ruedas (las de las derecha, que ya es casualidad) siguen pisando de forma inmisericorde el asfalto tratando de encontrar petróleo. Y lo conseguirán. ¡Vaya que sí! Lo veremos cuando una guagua quede encajada y sea necesario el auxilio de una grúa para sacarla. Dito sea Dios. 

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