lunes, 28 de noviembre de 2022

La aldaba

 

La encontramos en la puerta de un comercio y para nuestro desconsuelo no recordamos en que calle fue. Nos gustó. Pensamos que bien podría ser la cabeza de una diosa de un país lejano en la distancia y en el tiempo. Sus ojos abiertos pero sin vida, ven cuanto pasa a su alrededor y sus oídos atienden a todas las llamadas. Nos parece que es seguro, que si activáramos su resorte para llamadas el aldabonazo se oiría lejos, muy lejos, en los confines de la ciudad. Tal como el cañón de las doce de antaño.

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