domingo, 18 de abril de 2021

Lolita

 

Lolita Pluma fue una chispa de aire fresco en el ambiente de panza de burro de nuestra Ciudad. Pudo haber ido para estrella en el firmamento de Hollywood pero encontró trono de reina en el Parque de Santa Catalina de los años gloriosos del tiempo de los hippies de verdad. Su recuerdo lo tenemos en el corazón y en una escultura que la retrata con sus gatos a su alrededor. Otros tiempos distintos han venido a reemplazar a aquellos de tertulias, jolgorio, risas y fiestas en el Parque en los que Lolita transitaba luciendo sus ropas estrafalarias de colores vivos y su cara con los colorines de la felicidad, vendiendo chicles a los turistas que se la rifaban para retratarse -como souvenir- con ella. Hoy los tiempos son distintos, más grises. Pero nos queda su esencia. Y sus gatos, sus queridos gatos, siguen vivos entre nosotros igual que ella. 

2 comentarios:

  1. Muchas personas trunca su camino por haber encontrado la vereda equivocada.
    Un abrazo.

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    1. Hola Francisco. No sé si Lolita Pluma siguió la senda equivocada pero creo poder decir que fue feliz, muy feliz.

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