lunes, 22 de marzo de 2021

El patio

 

Bajábamos en la tardecita por una de las calles estrechas que le dan sabor a Vegueta con sus silencios. En ella han habilitado una de esas terrazas que nos han nacido como hongos tras la lluvia. En un par de mesas y sus correspondientes sillas unas personas charlaban y otro grupo de parroquianos esperaban el que le dejaran entrar en el establecimiento, nuevo al parecer, que da razón a la terraza. En éste, en el restaurante nuevo, metimos la cabeza para golisniar que tal era. Nos gustó. Bien arreglado, parece ser cómodo pues está decorado con gusto dentro de lo que era parte de una casa vieja -al parecer- de esta zona vieja de la Ciudad. Además del salón comedor, un espacio para el bar y una sala más pequeña como para tomar copas y charlar. Salimos y seguimos bajando la calle atravesando una calle que se nos cruzó. Al pronto vimos algo de agradecer: una puerta de madera alta y fuerte de doble hoja de casa señorial estaba abierta. Entramos como de puntillas hasta la verja y estuvimos admirando y deleitándonos con el patio que se abría ante nosotros. ¡Un patio canario, ahí es nada! Perfectamente claro en la tarde con su galería alta, sus macetas y sus plantas. Nos quedamos embobados un tiempo y, continuamos nuestro camino bendiciendo tan buena suerte. 

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