viernes, 13 de diciembre de 2019

Las tallas

En Escaleritas, en una plaza que en tiempos llevó el nombre del aguerrido guerrero Doramas había junto a una pared en la que estaba y está la puerta de un bar dos tallas como si dos ánforas romanas se trataran. En estas tallas podían verse una enredadera, que sumaban dos preciosas buganvillas, que dejaban subir sus ramas con flores por la pared, de forma lujuriosa, dando un punto de color a la fachada. Hoy en día, las macetas continúan (pesadas son para que alguien se decida a llevárselas) aunque ahora de sus bocas no salen las enredaderas pues están sus bocas segadas. Alguien con buena maña las taponó con mortero y son unas sepulturas en las que no entran, probablemente, ni el aire. Nosotros nos atrevemos imaginar su interior a través del cemento que las cubren y creemos oír los lamentos de las raíces de las pobres buganvillas tal vilmente maltratadas.

2 comentarios:

  1. ¿Qué necesidad hay de hacer el mal? No comprendo que alguien en su sano juicio haga algo así con una buganvilla.
    Un abrazo.

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    1. Hola Francisco. Acabo de ver tu comentario y me ha llenado de alegría el ver que sigues entretenido con este invento que es la red que puede servir para mantener viva una amistad nacida de unos blogs... Gracias por el comentario. Ángel

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