sábado, 2 de noviembre de 2019

La hamaca

Día uno de noviembre -día de Todos los Santos-
con un calor de todos los demonios. La gente en la playa, poca o mucha según se mire, había estado gozando de este veroño como algunos le llaman. Agosto se nos había colado por la puerta trasera y no era cuestión de desaprovecharlo. Algunos querían quedarse a dormir aunque la noche parecía venir con tarozada y buscaron la forma de estar calentitos uno junto al otro. Nada mejor que una hamaca entre dos palmeras que en la playa andan y así, acurrucaditos, verían pasar las horas que el atardecer se llevaba. 

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