lunes, 14 de julio de 2014

Caídos del nido

Sobre la raíz gorda de un árbol encontramos a dos minúsculos pajarillos que en comparación con aquella eran muy poquita cosa. Seguramente, los dos polluelos habían caído del nido y estaban allí, uno junto al otro, con sus pequeñas alas moviéndose  a impulso del poco viento reinante. Con cuidado los cogimos en nuestras manos para colocarlos en lugar más resguardado y los pajarillos, que aún no habían aprendido a volar, caminaron desorientados, lo que nos obligo a tomarlos una segunda y una tercera vez. Desde alguna rama alta del árbol bajó un pájaro que revoloteó con denuedo junto a nosotros. Seguramente era la madre que venía a interesarse por su crías, y que al parecer traía el propósito de luchar contra nosotros con sus subidas y bajadas en defensa de sus tiernas vidas. 

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