martes, 24 de junio de 2014

Ocurrió

Ocurrió en el minuto justo en que ocurren todas las cosas que, pasado el tiempo, se recuerdan con alegría o con espanto o con dolor. En ese minuto, justo en ese minuto, el balón traspasó la línea de gol y se fue a la red de nuestra portería. Entonces, en ese justo minuto, el árbitro dio por válido el gol contrario y legal y quedó proclamado el gol. Todo lo ocurrido antes y todo lo que pudiera haber ocurrido después para nada importaba ya. La desolación quedó flotando en el estadio y lágrimas interiores y lágrimas a flor de piel corrieron a raudales. Los gritos de euforia quedaron en un pasmo. Los voladores no pudieron salir 'rabonaos' y los actos previstos para celebrar la prevista victoria no fueron celebrados. Por ello, solo por ello, la Plaza de España (antes Plaza de la Victoria ¡qué sarcasmo!) quedó triste y sin gentes. Sin celebración que celebrar. Y triste y sin gentes, y sin jugadores, y sin directiva, se vio el andamio que con forma de un cuadrado imperfecto habían colocado alrededor del grupo escultórico del escultor Montull. Quienes en el Grupo se ocupan, quietos en piedra, de las labores artesanales canarias no pudieron aplaudir por esta vez al equipo que nos identifica: al equipo nuestro que desde hace tanto tiempo conocemos como Unión Deportiva Las Palmas. 

Otra vez será, es el consuelo amargo con el que nos consolamos todos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario