sábado, 29 de junio de 2024

De artificio




Los fuegos artificiales pusieron el botón de oro a las Fiestas de la Ciudad. Esta vez, en contra de la costumbre, no tuvieron lugar en La Puntilla sino en la otra punta de Las Canteras en donde el Auditorio Alfredo Kraus parece querer cerrar la bahía. Fueron unos bonitos fuegos dignos de la ocasión, que, suponemos, el público congregado para verlos agradecerían. Nosotros los vimos desde una azotea de una casa de la zona y pudimos apreciar todo el juego de luces, blancas y de colores, acompañado por el ritual del ruido de los voladores. Las palmeras, como siempre, fueron lo mejor. Mientras, el cielo, contento, íbase llenando de nubecillas blancas... 
 

martes, 25 de junio de 2024

Una mano


Un cartel en Mesa y López nos anuncia las fiestas fundacionales de la Ciudad. Lo miramos con curiosidad a ver si nos sorprende dándonos algo distinto a lo que nos tienen acostumbrado. Y encontramos una mano tendida. Una mano ¿para qué? Y nos volvemos locos pensando. ¿Será para salvar un castillo? ¿Será un detente, un ¡quieto ahí! contra el pirata Van der Does? ¿Será un saludo afectuoso a la ciudadanía en la efemérides? Sea lo que sea en la ciudad está el cartel con su cañón recién disparado, como adelanto de los fuegos artificiales. ¿Alguien da más? Puede que sí.

lunes, 10 de junio de 2024

En la torre

La torre es un paralelogramo de seis caras (contando con el piso) rectangulares. Está en sitio bien visible en la salida de la ciudad por la costa hacia el norte según entramos en el puente. Aun estando bien situado, nos tememos que casi nadie lo ve y que si lo ven casi nadie hace caso a su poderoso mensaje. Al mensaje nítido y rotundo que tiene, con letras grandes y poderosas. Dice: SIN CO2. Nada más y nada menos. Quien lo ha puesto, quien lo puso más bien, -no un grafitero al uso- nos quiso advertir del mal uso de este enemigo peligroso, a la vez que aliado necesario. Seamos prudentes, nos dice el mensaje, No alimentemos a la fiera.

lunes, 3 de junio de 2024

Pintura rápida


Nuevo concurso de Pintura Rápida en Mesa y López, y van veintisiete. O treinta y siete, vaya usted a saber. Ante nosotros se desplegaban caballetes y cacharros con pinturas, y otros utensilios estaban desparramados con orden  por todas partes. Pintores consagrados y aspirantes a artistas se afanaban en plasmar en los lienzos aquellas estampas que traían en sus cabezas. Suponemos que incluso, algunos, se atrevían con la improvisación. Era un ajetreo bonito que a los curiosos nos tenía entusiasmados pensando cada quien, quienes entre los artistas se alzarían con los premios. Después de mediado el día, en un semicírculo en la plaza que se llamó de la Victoria colocaron, en sus atriles las obras para disfrute del público, y allí, esperando veredicto, estaban aquellos que esperaban una merecida victoria.