miércoles, 24 de septiembre de 2014
En días fríos
Un buen potaje, para que sepa mejor, hay que comerlo en invierno. Y si es en cualquier sitio de nuestros campos en donde los vientos alisios llegan sembrando de nubes los cielos, mejor que mejor. Así y todo, un buen potaje, siempre es de agradecer. Por ejemplo: un potajito de lentejas acompañado de queso tierno, o queso majorero, o queso de las cumbres, con una cucharadita de gofio por arriba y unos trozos de piña en su punto, a compartir. Porque no hay potaje de lentejas que se precie sin la posibilidad de comer una piña después de la última cucharada, desgranando con los dientes el rico millo amarillito...
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