martes, 5 de noviembre de 2024

Un asiento

Un asiento, en Triana. El asiento para el trasero, en el suelo. El respaldo en la pared. Vemos este asiento ocupado casi todos los días, en nuestros paseos por la calle Real, y nos preguntamos cómo puede un ser humano estar ahí, sentado con las piernas estiradas, horas y horas, expuesto a la conmiseración y a la buena voluntad de las gentes. Las gentes, las buenas gentes, todas las gentes, pasamos junto a él y ya ni le vemos. Quizás, hacemos un gesto de desaprobación porque podemos tropezar con sus piernas o, porque, ¡vaya usted a saber qué hace ahí sentado ese hombre! Esta situación, junto a la de otras personas pidiendo de mesa en mesa en las terrazas de Triana y de Las Canteras, nos llena de dolor y de vergüenza. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario