Es un banco que tiene forma sinuosa y por ello decimos que es sinuoso o que es curvilíneo que suena más fino. O sea, hablamos de un banco que tiene poquitas lineas rectas y sí tiene líneas curvas. Muchas curvas. Y nos gusta por ello. Y por ello, cuando paseamos por la Avenida de Las Canteras nos sentamos en él a disfrutar del sol y del aire marino. Es una pena que no tenga respaldos porque entonces nos vendría bien para echar una siesta. Pese a ello, en las horas del atardecer con la gama de colores de toma el cielo en el horizonte es una delicia aprovecharlo y olvidarse de los males de todos los tiempos.
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