miércoles, 6 de marzo de 2024

En la tarde

 

Llovía suavemente sobre la ciudad y a nosotros que paseábamos por la Avenida de Las Canteras nos sabía a gloria las ligeras gotas de agua que al caer nos mojaba aunque de ninguna de las maneras llegara a calarnos hasta los huesos. Quienes sí podrían sentir el frío del aagua eran los pocos surfistas que con olas suaves se entretenían entrando y saliendo del mar. Eran pocos, pero los suficientes como para deleitarnos un buen rato. Contrastaban sus tablas de colores, hoy menos brillantes que de costumbre. Asimismo la arena parecía más negra que de ordinario mojada hasta arriba, hasta las barandillas de la avenida, con una negrura de volcán; esta arena que por la zona de la Cícer es siempre menos rubia que morena.

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