En la Plaza de las Ranas hay dos ranas. La una lanza su chorro de agua hacia el naciente y la otra hacia poniente. Los chorros de agua -que van en sentido contrario- no chocan entre sí pues forman líneas paralelas y terminan las aguas por caer en el estanque formando ondas concéntricas. El estanque tiene forma rectangular y en sus cuatro lados hay bonitas flores que asoman por encima de los estrechos parterres recubiertos de azulejos de colores. Y en uno de los lados, oculta casi a las miradas, hay una pequeña bicicleta que sirve de jardinera. Bicicleta hecha para tal fin o adaptada de una que sirvió de compañera de juegos de algún niño, de alguna niña pequeña. Ahora, en este oficio, es una linda bicicleta.
martes, 26 de noviembre de 2013
Pequeña bicicleta
En la Plaza de las Ranas hay dos ranas. La una lanza su chorro de agua hacia el naciente y la otra hacia poniente. Los chorros de agua -que van en sentido contrario- no chocan entre sí pues forman líneas paralelas y terminan las aguas por caer en el estanque formando ondas concéntricas. El estanque tiene forma rectangular y en sus cuatro lados hay bonitas flores que asoman por encima de los estrechos parterres recubiertos de azulejos de colores. Y en uno de los lados, oculta casi a las miradas, hay una pequeña bicicleta que sirve de jardinera. Bicicleta hecha para tal fin o adaptada de una que sirvió de compañera de juegos de algún niño, de alguna niña pequeña. Ahora, en este oficio, es una linda bicicleta.
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