La cara del hombre está un poco marchita. No sabemos si es que el hombre la tenía ya así cuando la pintaron o si es producto de las inclemencias del tiempo sobre la pintura. Lo cierto es que al hombre le pasa algo que no sabemos cómo explicarlo. Y es que esa frente... esos ojos cerrados... esa nariz y ese bigote... y esos ¡Dios nuestro! ¿Cómo nombrarlos...? Esos dientes con granos de arroz con leche en ellos pegados... Algo le pasa al hombre. Es seguro... O quizás al cuadro.
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