Hay un parterre, más bien pequeño que grande, en la Avenida de Las Canteras. Este pequeñísimo jardín sin flores, muy posiblemente pase desapercibido para la mayoría de los paseantes. A fuer de verlo, ni se ve. Nosotros nos paramos para mirarlo y no por el parterre en si sino por las esbeltas diez palmeras que están en su interior. No son palmeras canarias; no son ejemplares de nuestras esbeltas Phoenix Canariensis y sin embargo son palmeras que se elevan con gracia también hacia el cielo. Precioso conjunto que si fuera de flores recibiría los elogios de nativos y forasteros. Pero ahí están ellas, tal vez olvidadas, diciéndonos: "somos libres y fuertes, somos hermosas y somos un portento". Y tienen razón pues se elevan en el pequeño parterre desafiando al mar y a los vientos.
Me gusta la gente que se fija en lo pequeño, en lo que pasa desapercibido para la mayoría de las personas. Me gusta esa mirada singular.
ResponderEliminarUn abrazo.