Fieles a la tradición llegan los Reyes. Y, según vemos, en alguna ocasión en lugar de venirnos a las casas pasan por las guarderías en donde están los pequeños. Aunque para ello tengan que hacer cabriolas para poder entrar. Como los que hemos visto, bien trajeados y en babuchas agarrados a la baranda de lo que posiblemente fuera balcón en su tiempo. Los Reyes saben la alegría que reparten y que sin ellos serían distintos los Años Nuevos. Por ello no se paran en barras y lo mismo escalan muros que se cuelgan de balcones o entran por las ventanas. Nada les detienen pues saben que les esperan los niños, que aunque duerman, tienen como platos los ojos abiertos.
Que los Reyes de Oriente te traigan salud para ti y los tuyos. El dinero y el amor los traerán aquellas canciones que oíamos en nuestra juventud. "Salud, dinero y amor. El que tenga estas tres cosas que le dé gracias a Dios".
A mis muchos años no he perdido la ilusión de la noche de Reyes. De niño me parecía un misterio y hoy me lo sigue pareciendo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que los Reyes de Oriente te traigan salud para ti y los tuyos. El dinero y el amor los traerán aquellas canciones que oíamos en nuestra juventud. "Salud, dinero y amor. El que tenga estas tres cosas que le dé gracias a Dios".
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